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Vila Nova
La carretera de la costa Norte sigue su camino entre verdes y frondosos paisajes hasta llegar a la aldea de Vila Nova, uno de los asentamientos más antiguos de la isla. No sorprende encontrar algunos viejos molinos de agua ya que siempre hubo abundancia de este líquido en la zona -a finales del siglo XIX había unas 14 fuentes. La mayoría están situados a lo largo de la Ribeira d'Aquavalva que llegó a contar con 48 molinos en funcionamiento. La iglesia parroquial, Igreja do Divino Espírito Santo fue construida a principios del siglo XV, reconstruida en el XIX y alberga interesantes estatuas religiosas de los siglos XVI y XVIII. Podemos destacar un "império" del siglo XIX en cuya fachada encontramos tres arcos dobles en estilo Gótico y dos terrazas de hierro forjado frente a las ventanas de cada lado del portal. Al Oeste del centro se encuentra el pequeño puerto pesquero con su vieja rampa y su piscina natural, ambas talladas en la roca.
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