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São Jorge – la isla de las “Fajãs”

São Jorge, otra de las islas del grupo central es muy alargada (58km de largo por tan sólo 8km de largo) y su forma hace pensar en un gran e inmóvil monstruo marino. Su superficie es de 248m2 y más de la mitad de su territorio se encuentra por encima de los 300m. Es la cuarta isla en superficie del archipiélago a 19km de Pico, 39km de Faial, 60km de Graciosa, 93km de Terceira y a 245km de São Miguel. La isla se caracteriza, geográficamente, por un eje central que se extiende formando una extensa meseta de 45 km con una altitud media de 800m, culminando en el pico más alto de la isla el Pico da Esperança (1053m) situado prácticamente en el centro geográfico de la isla. Esta meseta, de hermosos paisajes verdes y con una pequeña hilera de picos volcánicos, es un paraíso para los amantes del excursionismo con magníficas vistas panorámicas en los numerosos pastos, separados unos de otros por setos de hortensias y grandes brezos, idílicas fajãs (zonas llanas al lado del mar) y pueblos costeros. En los días de buena visibilidad se pueden llegar a ver a simple vista hasta la silueta de Terceira. La parte más alta de esta meseta alcanza en la zona oeste desde Pico do Areeiro hasta el Pico das Caldeirinhas, pasando por los Picos de Esperança y Carvão y está cubierta por vegetación endémica de gran valor botánico por lo que no es de extrañar que la zona cuente con varias Reservas Forestales Naturales.

El litoral accidentado de esta isla ofrece, principalmente, acantilados cubiertos de árboles precipitándose varios centenares de metros hacia el océano. Los acantilados más impresionante se encuentran en la costa norte donde llegan a alturas de 480 metros.

Casi todas las islas de las Azores tienen fajãs (zonas planas de terreno junto al mar a pie de los acantilados que se formaron por una combinación de lava que fluyó hacia el mar enfriándose y solidificándose en contacto con el agua, desprendimientos de tierras y acantilados desplomadas), São Jorge es sin duda la isla que más tiene. Son un total de 46, la mayoría de las cuales –unas dos terceras partes- las encontramos en la costa norte. El resto están en la costa sur. Fueron las fajãs las que permitieron el acceso a la isla entre las costas escarpadas y cuando los asentamientos empezaron a ser más numerosos a partir de la segunda mitad del Siglo XV fue en estas zonas llanas donde la agricultura se inició en sus fértiles tierras siendo cultivados trigo y pastel, ambos cultivos pilares de la economía de la isla durante los primeros siglos tras su descubrimiento.

Con el paso del tiempo, la mayoría de las fajãs , se han convertido en huertas donde se cultiva maíz, vegetales diversos, vides y ñame. Algunas de estas fajãs disfrutan de unos microclimas especiales donde, además, se pueden cultivar café, plátanos y otros frutos tropicales incluso encuentramos algunos especímenes de dragos. Tras el devastador terremoto de 1980, las fajãs fueron abandonadas y sólo continuaron habitadas las más seguras y de mejor acceso. Son de visita obligada por su rara belleza natural y podemos destacar entre las más interesantes la Fajã da Caldeira do Santo Cristo, famosa por una especie de almejas que se encuentra en la zona y declarada reserva natural con una gruta y lago subterráneos, la Fajã das Almas de microclima tropical y donde puede disfrutarse de un baño, la Fajã dos Cubres con su lago cristalino, la Fajã do Ouvidor y la Fajã do Alem, la Fajã do João Dias, por nombrar algunas de las más espectaculares.

Son también característicos de la costa de São Jorge los muchos asentamientos al pie de algunos acantilados la mayoría de ellos realzados por cascadas de agua a diferentes niveles. Algunos de estos asentamientos más remotos siguen habitados y el único acceso son unos zigzagueantes caminos que harán las delicias de los amantes del excursionismo.

La historia de São Jorge ha estado siempre íntimamente ligada a la de las otras islas del grupo central: Terceira, Pico y Faial aunque São Jorge nunca ha jugado un papel importante políticamente hablando. Antes de que el asentamiento de Topo (en la punta este de las isla) ganara importancia en tamaño –con la llegada del noble Flamenco Wilhelm van der Haegen’s, conocido en la historia por Guilherme da Silveira- algunas fajãs ya estaban habitadas y Velas ya había sido fundada. Mientras Topo se convirtió en centro de la parte este de la isla, Velas creció como su homóloga de la zona oeste. Debido a su puerto de abrigo natural, sigue siendo la ciudad principal de la isla.

Mapa de São Jorge
Mapa de São Jorge
Fajã dos Cubres
Fajã dos Cubres
Magníficas vistas del litoral
Magníficas vistas del litoral

São Jorge se rindió a la corona Española tras la caída de Terceira en 1583 pero los Españoles no se interesaron en el desarrollo de la isla por la limitación de sus puertos y su baja importancia económica. Así, fue explotada, sujeta a un régimen tributario especial y abandonada a su suerte. Sus habitantes no se resignaron y empezaron a construir iglesias, capillas y fuertes para proteger sus costas. En los siglos posteriores, los períodos de prosperidad se alternaron con los de crisis debido a malas cosechas, catástrofes naturales como terremotos, erupciones volcánicas y tornados en los años 1580, 1757, 1808 y 1899 que trajeron escasez de alimentos y hambrunas. En 1850, las vides fueron destruídas por la filoxera y en 1860, cuando las exportaciones de naranjas empezaron a traer un poco de prosperidad económica a la isla, una micosis destruyó las plantaciones de naranjos. Tras todas estas catástrofes, muchos isleños abandonaron la lucha y emigraron hacia los EEUU, Canadá y Brasil en busca de mejores oportunidades.

En la actualidad São Jorge cuenta con casi 10,000 habitantes concentrados en su mayoría en la costa sur en las localidades de Velas, Calheta y Topa. La inversión para el desarrollo de los puertos de Velas y Calheta y la construcción de un aeropuerto inter-insular han ayudado a la apertura de nuevos horizontes de progreso y posperidad económicas. Para conseguir este objetivo, São Jorge sigue confiando en sus recursos naturales y la explotación de una industria ganadera floreciente. El resultado es una próspera industria láctea, con el queso a la cabeza de los ingresos de la isla. El famoso queso de São Jorge se exporta a todo el mundo.

Con un desarrollo turístico bajo y ofreciendo paisajes que conservan su belleza natural, unas magníficas vistas y unas magníficas zonas panorámicas naturales, la isla de São Jorge es un verdadero paraíso para los amantes de la naturaleza y del excursionismo con muchos paseos de distintos grados de dificultad... São Jorge tiene, posiblemente, las excursiones más bonitas de todo el archipiélago!
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